A. C. Bhaktivedanta Swami Prabhupada

Si hacemos lo que Krishna pide, Él apartará la oscuridad de nuestros ojos.

Conferencia dada en Hyderabad, India, el 29 de noviembre de 1972

avyakto ‘yam acintyo ‘yam
avikaryo ‘yam ucyate
tasmad evam viditvainam
nanusocitum arhasi

«Se dice que el alma es invisible, inconcebible e inmutable. Sabiendo lo anterior, no debes afligirte por el cuerpo». Bhagavad-gita 2.25

Krishna está tratando por todos los medios de convencer a Arjuna de que el alma espiritual es inmortal. Avyakto ‘yam: No se muestra a los adormecidos ojos materiales. No podemos verla, porque el tamaño del alma es la diezmilésima parte del extremo de un cabello. Muy pequeña. Más pequeña que el átomo. Esa alma espiritual se encuentra por todas partes. Sarva gatah. Y allí donde viva un alma espiritual en este mundo material, cuenta con un cuerpo y un corazón, y dentro de ese corazón se encuentra también Krishna. Isvara sarva-bhutanam hrd-dese’rjunatisthati. Ambos, el alma y Krishna, viven allí. Por consiguiente, anor aniyam mahato mahiyan: Krishna puede hacerse mayor que lo más grande y menor que lo más pequeño. Ese es Dios.

Cuando Krishna jugaba de niño, comió tierra y Sus compañeros de juegos fueron a quejarse a Yashoda, Su madre: «Madre, tu hijo Krishna está comiendo tierra».

Yashoda le pidió a Krishna una explicación por Su comportamiento:

—Krishna, ¿por qué comes tierra si Te he dado un sandesha (un dulce)?

—No madre, no he comido tierra.

—Tus amiguitos se está quejando.

—No, esta mañana son Mis enemigos. Nos peleamos. Y por eso han tramado de manera que Me castigues.

Yashoda quiso resolver el conflicto.

—Muy bien, abre la boca. Quiero mirar.

Cuando Krishna abrió Su boca, Su madre vio en el interior innumerables universos.

Este es Krishna. Anor aniyam mahato mahiyan. Krishna penetra en el interior del universo, y al mismo tiempo en Su boca hay millones de universos. Esta es la explicación de «mayor que lo más grande y menor que lo más pequeño».

Madre Yashoda ve innumerables universos dentro de la boca de Krishna.

Por supuesto que, aunque Yashoda, Su madre, observó lo dicho, no pudo creerlo, pues nunca pensó que Krishna era la Suprema Personalidad de Dios. Siempre creía: «Él es mi pequeño hijo». Eso es todo. «Tengo que cuidarlo». Estos sentimientos reciben el nombre de relaciones paternales (vatsalya-rasa).

Krishna recibe servicio de parte de los devotos imbuidos de rasas (dulzuras o ánimos trascendentales) diferentes. Unos Le sirven como siervos. Otros como amigos. Otros más como Su padre y Su madre. Otros como Su amante conyugal. Estas son las cinco dulzuras principales en las que el devoto se relaciona con Krishna.

Hay otras siete rasas. Son secundarias. Por ejemplo, hay quien sirve a Krishna como Su enemigo, como los asuras, los demonios. Unos Le sirven dándole placer y otros luchando contra Él.

O sea, hay doce rasas. Akhilarasamrta-sindhu, todas las rasas que experimentamos en este mundo proceden de Krishna. Janmadyasya yatah. El Vedanta-sutra afirma que todo lo que abarca nuestra experiencia se encuentra en Krishna. Ese es Krishna. Él robaba, algo que generalmente no se considera muy correcto. Se Le conoce con el nombre Makhana-chora, el ladrón de mantequilla.

Todas nuestras ocupaciones en este mundo material no son más que un reflejo pervertido de nuestras relaciones con Krishna en el mundo espiritual. Pero los impersonalistas, que ignoran la existencia del mundo espiritual, no saben que Krishna siempre se encuentra ocupado. El desea satisfacer a los gopijanas (los pastorcillos) y a las gopis (pastorcillas), Sus amigos eternos.

Krishna es sanatana, eterno, y Sus relaciones con Sus devotos también lo son. Y tales relaciones no son posibles aquí, sino en el sanatana-dhama, el mundo eterno. No podemos tener relaciones sanatana en el mundo material. Por eso viene Krishna, para seleccionar a las almas caídas. «Venid a Mi en Mi morada eterna si deseáis relaciones y felicidad eternas». Yad gatva na nivartante tad dhama paramam mama.

¿Y por qué no en este mundo material? El mundo material es, por naturaleza, provisional; es temporal. Janmadi. Todo lo que existe en esto mundo material tiene fecha de nacimiento, y todo lo que tiene fecha de nacimiento debe tener también fecha de muerte. Tal es la naturaleza del mundo material.

Aquí podemos practicar sanatana-dharma, la ocupación eterna, aunque, en realidad, sanatana-dharma se practica en el mundo espiritual. En los negocios se empieza de aprendiz y, con el tiempo, se logra una colocación. De manera similar, dice Santana Gosvami que los devotos que se preparan perfectamente en el servicio devocional, nacen primero en un universo en el que se halle presente Krishna.

Es verdad que Krishna se halla siempre presente en todas partes, igual que el sol siempre se halla en el cielo. Cuando se pone, aunque lejos de mi visión, continúa en el cielo. De la misma manera, Krishna siempre está presente. Hemos de preparar nuestros ojos para poder verle. ¿Cómo? El Señor Brahma lo explica:

premañjana-cchurita-bhakti vilocanena
santah sadaiva hrdayesu vilocayanti
yam syamasundaram acintya-guna-svarupa
govindam adi-purusam tam aham bhajami

Únicamente aquellos devotos que sientan un afecto amoroso por Krishna podrán verle. La tendencia a amar a Krishna se encuentra en nosotros desde siempre. Pero hemos traspasado esa tendencia a maya, la ilusión. El proceso de la conciencia de Krishna no es otro que el de dirigir hacia Krishna esa tendencia de amar que dirigimos a maya. Esta es la definición más sencilla de lo que es la conciencia de Krishna. Sentimos amor por Krishna, sin embargo, al ilusionarnos falsamente, al situarnos de manera impropia, nos esforzamos en amar algo que no es Krishna: maya, la maya de Krishna, o ilusión.

Krishna dice, mama maya: «Maya es Mía». Por ejemplo, la nube es producida por el sol. El sol provoca la evaporación del agua de los océanos que se convierte en nube. La actividad de la nube consiste en evitar que nuestros ojos vean al sol, aunque la verdad es que la nube no tiene existencia por sí sola, y tan pronto como el sol aparece, la nube se disipa. Bhutva bhutva praliyate: la nube aparece y después desaparece. De manera similar, maya, la ilusión, sólo aparece en algunas ocasiones. El mundo material no es permanente. Viene y va. Lo único que hace maya es cubrirnos los ojos.

Pero aunque la nube pueda cubrir mi visión, no puede cubrir al sol. De igual modo, maya no puede tocar a Krishna. La filosofía mayavadi afirma que cuando Krishna viene aquí maya Le cubre. No. Esto no es correcto. Maya no puede tocar a Krishna. Cuando Vyasadeva comprendió a Krishna antes de escribir el Srimad-Bhagavatam, vio a Krishna y a maya. Maya se encontraba situada detrás de Krishna. Maya nunca puede ponerse ante Krishna. Por consiguiente, a Krishna nunca Le cubre maya. Son nuestros ojos los que quedan cubiertos por maya.

Es decir, nosotros, las partes integrales de Krishna, quedamos cubiertos por maya, pero Krishna no. La teoría de que Krishna es cubierto por maya es una estupidez. Krishna es el controlador de maya. Y nosotros somos controlados por maya. Esa es la diferencia. Krishna es mayadhisa, el controlador de maya, y nostros somos mayadhina, controlados por maya.

Si nos entregamos a Krishna, Él hará lo necesario para librarnos del control de maya.

Y aun así podemos liberarnos. Cuando los aviones vuelan por encima de las nubes, contemplan la luz solar. Las nubes quedan abajo. De manera similar, es posible pasar por encima de maya. Es posible trascender a maya y ver a Krishna de manera continua. Eso es posible. ¿Cómo? Mam eva ye prapadyante mayam etam taranti te: Sencillamente, tienen que entregarse a Krishna, y Krishna hará lo necesario para que ya no estén nunca más bajo el dominio de maya. Un método muy sencillo. Haced lo que Krishna pide, sarva-dharman parityaja mam ekam saranam vraja: «Abandona toda clase de religión y entrégate a Mi». Esto es sanatana-dharma.

Nosotros, en definitiva, somos sirvientes de Krishna, pero de manera artificial intentamos adueñarnos del mundo material. Es por eso que se nos envía a este lugar. De la misma manera que los revolucionarios, aquellos a quienes no les preocupan las leyes estatales, a veces son condenados a muerte o a cadena perpetua, también los que no quieren someterse de manera voluntaria a Krishna son enviados a la cárcel del mundo material. Donde se verán forzados a entregarse.

Y cuando, erróneamente, se imaginan que son libres: «Ahora me he liberado. Ahora soy Dios», caen víctimas de la última trampa de maya. ¿Cómo pueden convertirse en Dios? ¿Qué capacidades tienen? Dios ha creado innumerables cosas. ¿Qué han creado ustedes? Dios ha mostrado tantas cosas. ¿Qué han hecho ustedes?

Y, sin embargo, todavía hay gente que piensa: «Soy Dios». Es la última trampa de maya. Todos empeñados en dominar la naturaleza material. Pensamos: «Deseo llegar a ministro». «Quiero ser presidente». «Quiero ser un capitalista». Y cuando todo fracasa, queremos ser Dios. Esto es también maya. No es posible ser Dios.

Nuestra relación con Dios, Krishna, es una relación en la que tenemos que servirle. Pero hemos olvidado nuestra posición real, nuestro sanatana-dharma. Sanatana-dharma significa que la entidad viviente es una parte del todo y, en consecuencia, está destinada a servir al todo. Al igual que mi dedo es parte de mi cuerpo y su misión consiste en cumplir mis órdenes, servir al resto del cuerpo. Si yo deseo que el dedo vaya a la cabeza, lo hace de inmediato. Del mismo modo, nuestra misión consiste en servir a Krishna. Pero en cuanto deseamos ser dueños, independientes de Krishna, nos colocamos bajo maya. El Prema Vivarta dice, krsna-bahimukha haña bhoga-vañcha kare/ nikata-stha maya tare japatiya dhare: «Cuando la entidad viviente quiere disfrutar de la naturaleza material, de inmediato cae bajo el dominio de la naturaleza material». Tan pronto deseamos imitar a Krishna, eso es maya. Nosotros creamos la situación de maya. «Quiero ser Krishna. Quiero convertirme en Dios. Quiero ser el Señor». Esto es maya.

Krishna es sanatana, eterno. Nosotros también somos sanatana. Pero cuando olvidamos servir a Krishna, empezamos a servir cosas efímeras. Y cuando, de nuevo, nos ocupamos al servicio de Krishna, regresamos a nuestro sanatana-dharma, servicio eterno a Krishna.

Dharma significa «característica». No es posible cambiar el dharma. Lo que caracteriza al azúcar es la dulzura, y lo que caracteriza a la pimienta de cayena es el picante. Todo posee sus características. Eso es lo que recibe el nombre de dharma. Si compran pimienta de cayena y no es muy picante la tiran: «No es buena», pues su dharma no está presente. De igual modo, si toman azúcar y resulta que es salado, exclaman: «¿Qué es esto?»

Todo, pues, tiene su característica, y nosotros, entidades vivientes también tenemos nuestra característica. Somos sanatana, eternos. Nuestra característica consiste en servir a Dios. Si yo no sirvo a Dios, mi característica permanecerá y me veré forzado a servir a maya, creyendo, en mi ignorancia, que me he vuelto el dueño. Por ejemplo, un señor tiene un vehículo. Comprarlo y mantenerlo cuesta mucho dinero, y para lograr el dinero tuvo que trabajar mucho. Entonces piensa, «Ya tengo un coche. Al fin». Sin embargo, eso no significa que a partir de ahora ya no tendrá que servir al vehículo.

Y esa es la situación. Cada uno es sirviente, no dueño; sin embargo, pensamos que somos los dueños. Esto es maya. Cuando abandonemos la falsa pretensión de que somos los dueños, entonces nos liberaremos.

En estos momentos estamos luchando duramente en este mundo material bajo la influencia de maya, yendo de un cuerpo a otro. A veces voy a los planetas celestiales, a veces a los infernales. En ocasiones soy rico, otras pobre, brahmana, sudra, tigre, árbol. De ese modo, en todas partes, a lo largo y ancho del mundo material, las entidades vivientes se afanan por la existencia. Krishna dice:

mamaivamso jiva-loke
jiva-bhutah sanatanah
manah-sasthanindriyani
prakriti-sthani karsati

«Todas las entidades vivientes son Mis partes integrales, pero tontamente, arrastrados por las maquinaciones mentales y dentro del mundo material, se esfuerzan pretendiendo ser los dueños».

Esta es la enfermedad. Prakriti, la naturaleza material, tira a los sinvergüenzas de la oreja. La naturaleza material ordena: «Haz esto» y no tienen más remedio que hacerlo. Prakriti concede un cuerpo de cerdo al que prefiere la modalidad de la ignorancia. A continuación, prakriti le dice: «Ven aquí, cómete este estiércol». Y lo come: «¡Oh, buenísimo!». Esto es maya. ¿El estiércol es agradable? Sin embargo, maya concede al cerdo un cuerpo en particular que le permite saborearlo: «Ah, este estiércol es buenísimo».

También los seres con cuerpo humano comen todo tipo de estupideces en los restaurantes, en los hoteles. Y disfrutan: «Oh, buenísimo». Esto es maya.

Nuestra misión es servir, pero como hemos adoptado la actitud «no me gusta servir a Krishna» o «yo soy Krishna», nos vemos sometidos, de manera inmediata, a las garras de maya. Y bajo la ilusión de maya nos dejamos influenciar por las distintas fuerzas de la naturaleza, y es así como nos vemos forzados a nacer. Sad-asad-yoni-janmasu. Unos nacen con cuerpo de cerdo, otros de perro, otros de ser humano, semidioses, árboles, plantas: 8.400.000 especies y formas de vida. Krishna dice, sarva-yonisu kaunteya… aham bija-pradah pita: «De todas estas formas, sean las que sean, Yo soy el padre».

Así que, si Krishna es el padre original de cada entidad viviente, ¿cómo es que unos son brahmanas, otros sudras, algunos árboles, otros tigres, cerdos, perros, Indras, Brahmas? ¿Cómo es posible?

Nacemos con diferentes cuerpos porque nos dejamos influenciar por las diferentes disposiciones de la naturaleza material. La mente es la que me lleva al próximo cuerpo. Es una tontería afirmar: «Este hombre está muerto. Todo ha acabado». Eso es una tontería. No ha acabado. Su vida sigue.

Los necios sinvergüenzas dicen: «Este hombre ha muerto, acabado». Profesores muy eminentes me dicen: «Swamiji, después de la muerte todo ha acabado». Y son profesores. Tienen que darse cuenta cuenta. Los sinvergüenzas y los necios son profesores, dirigentes, políticos. ¿Cómo podrá le gente ser feliz si siempre es dirigida hacia la ignorancia, enamorada del aspecto externo de la energía de Krishna?

El mundo material es también energía de Krishna. Sin embargo, nos dejamos atraer por la energía material cuando deberíamos dejarnos atraer por la energía espiritual. Como se afirma en el Bhagavad-gita, ambas energías son propiedad de Krishna: apara, (energía inferior) y para (energía superior). Sin embargo, en estos momentos nos sentimos atraídos por los elementos materiales de la energía apara: bhumir apo analo vayuh (tierra, agua, fuego, aire). Y como nos atrae la energía material, cuando construimos una casa de piedra hermosa, pensamos: «Por fin he alcanzado el éxito. Tengo una hermosa casa de piedra». ¿Soy piedra? No. Y aun así me siento atraído por la piedra. Por ello, Krishna me da la oportunidad: «Está bien, toma la piedra y procura ser feliz. Pero nunca serás feliz. Serás feliz cuando te entregues a Mi».

Por ejemplo, un padre le ofrece a su hijo todas las facilidades necesarias para que juegue, pero al mismo tiempo le dice: «Querido hijo, no juegues así. No está bien». Pero como el niño persiste, el padre a veces no le queda más remedio que ceder: «Muy bien, juega así». De igual manera, Krishna no quiere que nosotros vengamos al mundo material y nos dejemos influenciar por la tierra, el fuego, el aire, el agua y el éter, y nos convirtamos en eminentes científicos y hagamos combinados con esos cinco elementos. ¿Qué es este mundo? Tejo-vari-mrdam yatha vinimayo yatra tri-sargo ‘mrsa: Este mundo es una mezcla de fuego, tierra, agua, aire y éter. Es algo falso.

Al igual que este mundo es una combinación de estos cinco elementos, nuestro cuerpo también lo es, y nosotros nos sentimos atraídos hacia él: «Oh, tengo un cuerpo tan atractivo, hermoso, fuerte, americano, indio, brahmana, este cuerpo, el otro…». Todo maya. Nunca serán felices en base a este concepto corporal de la vida.

Krishna expone de manera indirecta lo anterior cuando afirma, acchedyo ‘yam adahyo ‘yam akledyo ‘sosya eva ca: «El alma individual es irrompible e insoluble, y no puede ser quemada ni secada». Como el cuerpo si puede quemarse, ¿cómo podemos pretender que somos el cuerpo? Cuando alguien muere le prenden fuego y se quema. ¿Cómo, pues, podemos decir que somos los cuerpos?

El cuerpo se compone de tres elementos: bilis, mucosidades y aire. Es un saco de huesos, carne y sangre. Si alguien piensa: «Soy este cuerpo», no es más que go-kharah (una vaca o un asno). Cualquiera que permanezca dominado por el concepto de la vida es un animal. ¿Cómo puede alguien recibir conocimiento de alguien que es un animal? No es posible obtener mucho conocimiento de las vacas y los asnos.

Francamente, prácticamente todo el mundo se halla dominado por el concepto corporal de la vida. Por eso la civilización moderna es una civilización animal, no es una civilización humana. La civilización humana empieza cuando se comprende: «No soy este cuerpo. Soy alma espiritual (aham brahmasmi)». Mientras la gente permanezca bajo el concepto corporal de la vida, su civilización será una civilización de perros y gatos, eso es todo.

 

Back To Godhead © 1993

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